Al escuchar tocar a Frank Pilato y discutir con él sobre el significado más profundo de la experiencia artística, lo primero que emerge con claridad es su humanidad. Este no es un detalle menor ya que sólo aquellos que son capaces de adentrarse en los lugares más recónditos de la humanidad, con los impulsos y abismos que la habitan, pueden aspirar a contarnos algo auténtico, a inyectar belleza a un mundo cada vez más árido. En Frank y su música conviven, al modo nietzscheano, el fuego dionisíaco, el caos como combustible del proceso creativo y la capacidad apolínea de aprovecharlo, de contenerlo en una forma, pŷr y logos en definitiva. Sus notas son extravagantes pero sustentadas en una racionalidad capaz de orientarlas. Éste, en mi opinión, es el motivo más íntimo que mantiene viva la investigación musical de Frank y la mantiene alejada del riesgo de esterilidad en el que podría llevarla a caer un enfoque exclusivamente lógico y, al mismo tiempo, de una instincionalidad bruta y desorientada. , cuyo resultado sería más bien una informe caótica (que no debe confundirse con lo informal) desprovista de cualquier interés a nivel estético, un ejemplo que lamentablemente anhelan algunos partidarios de ciertas tendencias de "retorno a los orígenes".
Alessandro Seravalle: Compositor, multiinstrumentista y autor.